El proyecto incluye en su programa un centro de día y una residencia para la tercera edad con capacidad para 124 plazas.
El requisito de desarrollar todo el programa en planta baja dentro de un gran solar rectangular esencialmente plano hace que se decida ocupar extensivamente el espacio, disponiendo toda la edificación sobre una plataforma al mismo nivel y configurando los distintos recintos, recorridos, patios y jardines de manera que se favorezca la lectura del edificio desde la trama urbana como una entidad única y reconocible.
El Centro de Día se dispone en el volumen de mayor altura. Su eje corre paralelo al eje principal de recorrido interior, que a modo de peine pone en relación las distintas áreas públicas y privadas, interiores y exteriores del edificio. El programa residencial se desarrolla en una serie de pabellones autónomos que se colocan perpendicularmente al primer volumen, orientando sus fachadas hacia patios interiores ajardinados dispuestos de forma rítmica y ordenada.