La antigua finca agrícola de Can Pinya conserva un conjunto arquitectónico muy representativo de las distintas construcciones tradicionales ligadas a la vida en el medio rural mallorquín que se caracterizan por su austeridad y pobreza ornamental y material. En la localización principal destacan las casas adosadas de planta rectangular y cubierta a dos aguas que más tarde se usaron como establos, y próxima a éstas la pocilga con su correspondiente cercado. Entre ambas edificaciones se encuentra un horno tradicional, y frente a la fachada principal el pozo y un secador. A unos 140 metros en dirección Sudeste se alzan los tradicionales “sestadors” o establos para las ovejas, y en el punto donde confluye el agua de escorrentía el impresionante aljibe, una nave semienterrada de 6,40 x 19,30 metros y una altura interior de casi 5 metros cubierta por una bóveda semicircular.
Una minuciosa y respetuosa rehabilitación de todas estas construcciones permitirá la conservación de un patrimonio de gran valor cultural y su recuperación para el uso residencial, que a su vez dará impulso a la revitalización de la explotación agrícola de la finca.
Infografías: CROQUIS 3D