El contacto directo con la naturaleza y un estilo de vida fácil y relajado era lo que se buscaba para esta casa de fin de semana ubicada en una parcela rural de escasa pendiente en el levante mallorquín, por lo que el diseño de las áreas exteriores se ha cuidado tanto como el de la propia vivienda. La construcción, de una sola planta y para la que se proponen materiales y soluciones constructivas propios de la tradición vernacular de la zona, consta de dos volúmenes principales que albergan respectivamente las estancias de día y los dormitorios, cosidos por otros tres de menores dimensiones con el vestíbulo de acceso en el centro y dependencias auxiliares en los extremos. En el exterior, una plataforma parcialmente ajardinada y accesible desde todas las dependencias principales se despliega frente a la fachada principal, y a un nivel inferior se disponen perpendicularmente la piscina y una ligera pérgola de hierro y madera de dimensiones suficientes como para albergar las funciones de estar y comedor.
Infografías: Josep Turró, Arteriaworks